Frases disfrazadas, palabras veladas...

¿Cómo decirle a mi corazón que no sienta?
¿Cómo ordenarle a mi cuerpo que no se estremezca al recordar
tantos sueños compartidos,
tantas promesas dichas e incumplidas?

Quisiera cambiar lo que siento...
Dejar de sentirme así cuando te veo, cuando hablo contigo...
No por mí, sino por tí.
Por no dañarte más. Te hago daño, lo sé, lo comprendo...
Pero soy tan estúpidamente egoísta que no puedo dejarte ir.

¿Qué buscamos?
No lo sé...
Probablemente saber dónde comienzan los límites que yo misma impuse,
es tentador pasar de ellos...

Aunque sepamos que haciéndolo no es posible un regreso.

No quiero perderte, no quiero que esto termine.
Lo de nosotros es especial, es diferente,
ambos lo sentimos, ambos coincidimos
siendo tan distintos logramos un equilibrio,
nos complementamos uno al otro.

Sigue a mi lado, yo seguiré a tú lado,
no pensemos en mañana, no existe un mañana,
solo tenemos el presente...

¿Quieres ser mi presente?
Ya tenemos un pasado y un futuro,
solo nos resta el presente.