Porque las reglas están para romperse, ¿no?















Cada vez que te miraba 
sentía unas ganas incontrolables de tirarme a tus brazos, 
agarrarme fuertemente a ti y no soltarte.
Pero siempre me decía que era una relación prohibida. 
Que esto no podía ser,
que estos lazos que quería crear eran imposibles,
que simplemente no podía ni debía ser.
Me sentía encerrada en una cárcel de fríos barrotes grises,
mientras tú estabas al otro lado,
pero con alargar la mano podía tocarte.
Pero no podía, estaba prohibido.
Eran las reglas...
Ya estaba cansada de seguir las normas.
Ya no quería seguir así.
Así que hoy, me tiré a tus brazos, te abracé y no me solté de ti. 
Te besé y lo disfruté, haciendo que durará lo más que pudiera.

Porque las reglas están para romperse, ¿no?

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